CRECIMIENTO
Las investigaciones sobre las funciones metabólicas y endocrinológicas demuestran que las alteraciones del crecimiento que presentan estos pacientes son una de
las características fenotípicas de este síndrome y según datos
recientes, podrían ser debidas a alteraciones en la secreción de la
hormona de crecimiento (GH) y del factor de crecimiento insulino similar
tipo 1 (IGF-1).
Mediante la aplicación de una serie de tests y una vez establecido el diagnóstico de déficit de GH/IGF-1 puede estar indicado el tratamiento sustitutivo con hormona de crecimiento recombinante. Hasta el momento no está aceptada la indicación del tratamiento con GH en pacientes con SPW y dicho tratamiento es muy costoso. Al igual que los demostrados en los estudios realizados en adultos con déficit de GH, los pacientes con SPW tratados con GH crecen más rápidamente, disminuye el tejido adiposo e incrementa su energía vital. No se han observado efectos secundarios en los pacientes tratados, salvo la aparición en algunos casos de una intolerancia a la glucosa. Por ello, deben realizarse controles periódicos de la tolerancia a la glucosa y de los niveles de glucosa en ayunas.
GENÉTICA
El SSPW tiene base genética. La presencia de
pequeñas deleciones en el brazo largo del cromosoma 15 causa el SPW.
Butler y Palmer (1983) determinaron que la deleción se localizaba en el
cromosoma 15 procedente del padre. Posteriormente Nicholls (1989)
analizando la región 15q11-q13 mediante técnicas moleculares pudo
observar que algunos pacientes presentaban solo regiones del cromosoma
15 procedentes de la madre y ninguna del padre, llamándose a esta
situación disomía uniparental materna.
Es cierto que aún y a corto plazo no se puede ofrecer una
terapia génica para tratar el SPW. Ello en parte es debido a que son
muchos los genes implicados, no se conocen todos ellos y a que los genes
identificados hasta ahora no se conoce completamente cómo funcionan.
Sin embargo, es importante que el genetista reconozca los genes
implicados con el fin de confirmar el diagnóstico y establezca la
recurrencia que pueda darse con otro posible hijo/a.
OSTEOPOROSIS, CRIPTORQUIDIA, HIPOGONADISMO HIPOGONADOTROPO Y DESARROLLO SEXUAL
La osteoporosis o disminución de la densidad mineral ósea es un
hallazgo frecuente en el SPW, provocando una mayor incidencia de
fracturas óseas. El tratamiento incluye un aporte suplementario en la
dieta de calcio y vitamina D, ejercicio y tratamiento de sustitución
estrogénico.
La criptorquidia no corregida implica un riesgo potencial de
malignización del tejido testicular, dicho riesgo aumenta si los
testículos se encuentran en la cavidad abdominal. En los pacientes con SPW y criptorquidia los testículos pueden
descender espontáneamente en el período prepuberal o puberal,
posiblemente por la acción de los andrógenos de origen suprarrenal.
El tratamiento con dosis bajas de testosterona durante períodos cortos en el período neonatal y prepuberal está especialmente indicado cuando la longitud del pene sea inferior a 1,5-2,0 cm, situación que puede plantear problemas para la micción y relación de pareja. Se aconseja utilizar testosterona DEPOT (CYPIONATE o ENANTHATE 25 mg/I.M. cada 3-4 semanas durante 3-6 meses). No es recomendable utilizar dosis superiores, ya que podrían provocar una excesiva virilización y aceleración de la maduración ósea.
El tratamiento sustitutivo oral con andrógenos sintéticos como la oxandrolona se ha utilizado en los períodos prepuberales e inicio puberal para estimular el crecimiento lineal, pero sus efectos virilizantes son más bien escasos.
La utilización de análogos de la testosterona más potentes en forma oral o intramuscular permiten alcanzar un grado mayor de virilización, pero pueden ocasionar efectos adversos como conductas sexuales inapropiadas y comportamientos agresivos y por otra parte su administración anula totalmente la función testicular residual existente.
Un tratamiento sustitutivo más fisiológico en varones con tejido testicular funcionante es la administración de gonadotropinas de forma intermitente o pulsátil (Jaskulsoky & Stone, 1987). Es de gran importancia una valoración individualizada de la conveniencia o no de cualquier tratamiento hormonal sustitutivo.
ALIMENTACIÓN
Todos los afectados por el SPW obtendrán beneficios para su salud, vivirán más y con mejor calidad de vida, si se realiza un adecuado control alimentario, independientemente de que sean obesos, diabéticos o no presenten otros trastornos relacionados.
El tratamiento irá enfocado a seguir las siguientes metas: establecer el nivel de calorías apropiadas, incluir todos los nutrientes, mantener el equilibrio de la dieta y realizar estratégias para promover la buena alimentacón y buenos hábitos a la hora de comer.
EJERCICO Y FISIOTERÁPIA
La deformidad más típica de los niños con SPW es la escoliosis, la instauración de un tratamiento fisioterápico precoz y de unas medidas posturales adecuadas encaminadas a disminuir la progresión de la curva no siempre son exitosas.
Los tratamientos van desde cinesiterápicos con concienciación de la postura y ejercicios de autocorrección y tonificadores de la musculatura paravertebral, abdominal, y ejercicios respiratorios, tratar de forma ortopédica con corsets o tratamiento quirúrgico siendo el más utilizado es la instrumentalización de Harrington y DTT de Cotrel.
TRASTORNOS DEL SUEÑO
Los poblemas que pueden surgir vienen debidos sobre todo a las potenciales complicaciones cardiopulmonares de los trastornos respiratorios del sueño, debe dirigirse la atención, en primer lugar, a los patrones respiratorios anómalos durante el sueño. Basada en los resultados del estudio del sueño se formula un plan de tratamiento individualizado.
En el caso de una apnea de sueño leve, el tratamiento está generalmente enfocado a prevenir el empeoramiento de los síntomas.
El desarrollo en los últimos años de un sistema de presión positiva binivel (BiPAP) ha hecho más fisiológicos los patrones respiratorios y reducido las dificultades para quedarse dormidos por el exceso de presión. Se tolera mejor y aumenta la colaboración de los pacientes.
La indicación del tratamiento con un flujo bajo de oxígeno suplementario durante el sueño se basa en tres criterios: la severidad y duración de la desaturación de oxígeno, la presencia de apneas y del estatus respiratorio de línea base.
Como una posibilidad alternativa al tratamiento de la somnolencia diurna en pacientes con REM asociado a desaturación pueden utilizarse antidepresivos tricíclicos no sedantes (TCA).